martes, 2 de marzo de 2010

GRATITUD vrs ENVIDIA

Hace unos días retomé la lectura sobre los valores, no porque  sea una cajita de virtudes, sino por el hecho de investigar sobre lo que significa el respeto , y la justicia. 

Sin embargo por avatares ( y no se trata de la película ) de la vida, me vi enfrentada a sentimientos profundos de envidia. 



Y no es que los haya andado buscando, o suplicando a más no poder estas reacciones que no se han hecho esperar a través de actitutes silenciosas, pero firmes y claras a todas luces, como en la mejor de las noches de luna llena.

Así que brevemente me auxiliaré  con tales definiciones. Veamos la primera que se muestra en algunas personas, con suma delicadeza pero con abundante actitud :

Envidia, de acuerdo a las definiciones de la Real Academia Española la envidia es la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación, deseo de algo que no se posee; la envidia es un sentimiento  que nunca produce nada positivo en el que lo padece sino una insalvable amargura. Otra definición dice que es :celos, pelusa, resentimiento, animosidad, rencor, tirria, rabia, resquemor, desazón, disgusto. Vaya bagaje de sentimientos lo que provoca esto ! y como antónimos del sentimiento están los no tan sanos actos de indiferencia y conformidad. 

Mi abuela decía que si la envidia fuese tiña.....muchos andaríamos por allí con eczemas, picazón o pintados con pinturita para hongos !


La envidia es un sentimiento que nace de la ingratitud, es el acto que "vende" al Maestro, como lo hizo Judas, es la flor venenosa que abunda en los pantanos de los pseudo espirituales del mundo y se disfraza con la toga de juez.


La gratitud por el contrario, es  la virtud que nos lleva a tomar conciencia de los dones que recibimos cada día, a valorar la generosidad del que nos los da y a mover nuestra voluntad para corresponder a estos dones, aprovecharlos, desarrollarlos y ponerlos al servicio de los demás. La Gratitud nos permite valorar y vivir con alegría y gozo lo que somos.

Cuando en nuestra vida suceden situaciones que arrastran a los que nos rodean a una vorágine de "tiña corpórea" y de otros tipos, pues lo mejor que se hace es simplemente volver nuestra vista con humildad y gratitud a Aquel que decide, que tiene la última palabra, que permite si se mueve o no la hoja de un árbol...a Ese, unicamente, a El, mi eterna gratitud. Mi agradecimiento profundo e inmenso como las aguas del mar.
 
 Si de algo le sirve este consejo, le aseguro al 120% que da resultado !
Saludos !

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