martes, 2 de marzo de 2010

Nimbus, aureolas, halos.


Un poco de historia.

 " La incredulidad de Santo Tomás, pintura de Caravaggio"

Hace unas semanas tuve una experiencia singular. No diré algo trillado como una "experiencia" diferente, sino más bien algo inusual. Lo que sucedió me llevó a investigar un poco sobre tal fenómeno. Todo lo que pasó lo compartí unicamente con una persona, con pelos y señas, signos de interrogación y animación por no decir calmada euforia.  Pero dado el fenómeno decidí investigar y una vez más  corroborar que la fe no riñe con la razón. El consejo que se me dió, he de ser honesta, no lo he llevado a cabo, a pesar de estar lleno de sabiduría. Las prisas, acontecimientos de cambio, situaciones de reconocimiento quién te aprecia, te quiere, o simplemente quien no, en fin, una serie de cosas me apartaron del cometido. Quería escribir sobre el fenómeno en si, trasladar la vivencia pero lo mejor que encontré es lo que aquí usted, amable lector, podrá apreciar.

En este proceso de investigación, que me lleva a pensar que soy un simíl femenino y moderno de Santo Tomás, me encuentro con una información que más que espiritual es puro arte. Así que entraré de lleno al tema.

 "La Virgen, el niño Jesús y Santa Ana" - Leonardo da Vinci

La aureola o halo es un elemento que se empleaba para destacar a algunos personajes en el arte romano y griego. Se incorporó al cristianismo alrededor del siglo IV. Puede expresar el poder espiritual de estas figuras, que trasciende a su cuerpo. Se aplicaron diferentes aureolas según la jerarquía religiosa:

  • Aureola Circular: Se aplica a todos los santos. Unas veces su nombre va inscrito dentro de ella; otras rodea la cabeza de los ángeles.
  • Aureola Crucífera: Dentro del círculo hay una cruz. Se reserva a Jesucristo, en su forma humana.
  • Aureola Poligonal: Para los profetas y patriarcas del Antiguo Testamento, también para  los padres de la Virgen y San José.
  • Aureola Triangular: Representa a la Trinidad. 

El círculo luminoso utilizado durante siglos por los artistas para coronar las cabezas de figuras religiosas no fue originariamente un símbolo cristiano, sino pagano, y está incluso en el origen de la corona real.

Hay antiguos escritos y dibujos llenos de referencias a los nimbos de luz que rodeaban las cabezas de las deidades.

deidad egipcia

En el arte antiguo hindú, indio, griego y romano, las cabezas de los dioses emiten una radiación celestial. Los reyes, para destacar su relación especial con un dios, y la autoridad divina así infundida en ellos, adoptaban una corona de plumas, piedras preciosas u oro. Los emperadores romanos, convencidos de su divinidad, rara vez aparecían en público sin un tocado simbólico. Y la corona de espinas colocada en la cabeza de Cristo era interpretada como una burla pública de su reino celestial.

 San José y el niño Jesús.

Con su difusión a lo largo del tiempo, el círculo luminoso perdió su asociación con los dioses paganos y se convirtió en símbolo por derecho propio para numerosas confesiones, con una notable excepción. Los padres de la primitiva Iglesia católica, teniendo en cuenta las raíces paganas de la aureola, trataron de disuadir a los artistas y escritores de que la representaran o describieran. Los manuscritos minados de la Edad Media revelan que estas admoniciones tuvieron efectos prácticamente nulos.

Los historiadores sitúan la adopción gradual de la aureola por la Iglesia alrededor del siglo VII, pero con una función prosaica y utilitaria, como una especie de parasol para proteger la estatuaria religiosa exterior contra las lluvias, la erosión y las deposiciones de los pájaros.

Milenios antes de Cristo, los campesinos trillaban el grano amontonando los haces de espigas sobre terreno duro, y haciendo pasar sobre ellos, una y otra vez, una yunta de bueyes describiendo círculos. Estos circuitos creaban un camino circular, al que los griegos daban el nombre de “halos” (halo), que significa literalmente “suelo circular para el trillado”.

Mosaico griego del dios apollo.

En el siglo XVI, cuando los astrónomos reinterpretaron la palabra, aplicándola a las aureolas de luz solar refractada alrededor de los cuerpos celestiales, los teólogos se la apropiaron para designar la corona que rodea la cabeza de un santo. Así, como observa un moderno historiador religioso, el halo o aureola combina tradiciones de la agricultura griega, la deificación romana de unos gobernantes megalómanos, la astronomía medieval y una antigua medida protectora contra la suciedad y las inclemencias del tiempo, las aureolas eran entonces amplias planchas circulares de madera o de bronce.



Nimbus y aureola son la misma cosa, nimbo y halo es el nombre que se da al disco o aura parcial que emana de una divinidad o de un santo. En la China, el Tibet y el Japón las cabezas de santos están siempre rodeadas de un nimbo.

Imagen de una deidad en las grutas de Ellora, India

En la India se puede ver actualmente, en las grutas de Ellora, la figura de Indranî esposa de Indra, que en otro tiempo fue el dios principal de la India, teniendo en los brazos al niño Dios-Sol, y en uno de los antiguos templos de la India hay una pintura de Krishna amamantado por su madre, la virgen Devakî. 

Según expertos en el tema, el halo que rodea las cabezas de la madre y del niño es idéntico al que vemos ahora en todas las famosas pinturas de la Virgen y el Niño propias del arte cristiano.

virgen Devakî y su hijo Krishna

En la iconografía cristiana, el nimbo o diadema, a manera de reflejo de la gloria celeste, es atributo de santidad, pero también era símbolo de realeza, como se puede ver en algunas monedas y medallas de Trajano, Antonino Pío, Justiniano, Constantino, etc.

Monedas emitidas en período de Constantino


Los artistas cristianos daban al nimbo diversos colores, rojo, verde, etc., pero concediendo la superioridad al nimbo de oro, que expresa mejor la luz; por esta razón lo reservaban para los santos y para los emperadores cristianos.

Todo lo anterior es un relato de como el arte evoluciona a través de la percepción cultural del hombre. No pretendo causar algún tipo de controversia, todo lo contrario, el saber, conocer, informar y comprender como nuestro Dios, Todopoderoso, permite por su infinita Miseriordia, que expresemos  con completa libertad, a través del arte lo que no logramos comprender con nuestros sentidos, lo que no entendemos, porque simplemente no creemos, como mi amigo Santo Tomás, que por cierto no tiene nimbo en la pintura, es de por sí, la muestra y expresión del gran amor que nos tiene nuestro Padre Celestial.

El que se crea o no, es cuestión de cada quien, es algo personal, como lo es la salvación, y contrario al nombre del blog, "Nada Personal", esta vez puedo decir con suma alegría que la investigación , simplemente reafirmo algo que ya sabía, muy dentro de mi. Amante del arte, veo las expresiones de ella con otros ojos, no las confundo ni me parcializo por no estar acorde a mis creencias. Las respeto, como obras de arte , las aprecio y disfruto , sin embargo y sobre todas las cosas, me reafirman una vez más, con profunda certeza que no he tomado el camino equivocado.

A Dios sea el Honor y la Gloria, porque esta comprensión no nace de mi, sino de su inefable amor. Los dejo con una de mis imagenes favoritas.

San Miguel Arcángel, Principe de las milicias celestiales.

Saludos.

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