miércoles, 7 de abril de 2010

AUTORIDAD.

Autoridad, palabra muy usada en la actualidad, y sin embargo tan mal entendida. Quizá el problema radica en la falta de conocimiento conceptual, en formas de aplicarla o de vivirla....quién sabe...éste es el "gran " misterio.  Afortunadamente nos podemos auxiliar con definiciones no sólo en un diccionario impreso sino también en los que están en línea.

La autoridad como tal, no debe ser mal entendida con actitudes como el gritar, levantar la voz exageradamente, avergonzar en público a otros, prevalecer insistentemente con nuestros conceptos, no ser flexible ( que no es lo mismo que condescendiente). Palabra que proviene del latín auctoritas, clasificada de manera jurídica y moral y que muchos confundimos con ser "autoritario" o el autoritarismo.

Esta palabrita, va profundamente ligada a la obediencia y quizá por ello es tan mal utilizada y se degenera en autoritarismo. Motivo de controversia, de rebelión y de abuso; procede de la razón y nunca de un corazón amoroso, o de una persona humilde. El que ejerce la autoridad "porque sí", porque se "deben" de hacerse los procedimientos, las acciones o las pautas a seguir ....como se desea 
( que a veces son puros caprichos o rabietas de niño loco) no es respetado.



Al contrario, se le desprecia, denigra y resiente, por la misma naturaleza humana. Incluso, el Señor Jesús, fué confrontado con la autoridad, cuando se le pide que explique si es bueno dar los impuestos al César; nuestro Señor de manera como solo Él lo puede hacer, contesta a los fariseos : " Dad al  césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios". Delimita campos de acción, fronteras de autoridad, y sobre todo define como se delega la misma.

Esto me encanta, porque muchas personas quieren a pura "yema de huevo" que se les respete, o se les obedezca a nivel de servilismo. No soportan escuchar un " no estoy de acuerdo con eso" porque se sienten "señalados, humillados y mortificados"; y lo peor es que como seres rumeantes lo andan mascullando adonde quiera que van.


Increíble es observar a los que se vanaglorian de ser hijos de Dios, "nacidos de nuevo" y otra clase de nombres, no ser para nada humildes y sobre todo , sumamente autoritarios; son los primeros en la fila para rebelarse. Quizá no saben que la rebelión esta ligada a la complacencia carnal, y su concupiscencia  procede las bajas pasiones que ostentan, profieren palabras no sólo hirientes y despreciativas , sino también rebeldes.

Una vez alguien me dijo :" los rebeldes y los carnales andan juntos, Dios los considera iguales y son tan malos y obstinados que no temen injuriar". La avaricia de poder les nubla la vista a estas personas, se embriagan y no ven más allá de sus narices y sólo escuchan lo que quieren oir....al final, ellos mismos pierden su dignidad.


La autoridad se gana, a pulso, con respeto, con apertura mental y espiritual, tolerando pero no aprobando lo injusto o gloriándose de ello. Se respeta al "líder", al visionario, al que va a la cabeza y forma equipo, sin buscar su propia gloria; pero sobre todo, los que son respetados y queridos , saben que hay poder en la palabra hablada, porque cuando se expresa algo, ello sale del corazón. El efecto de las palabras sobre el poder, excede en gran medida a lo que comunmente creemos...." Porque de la abundancia del corazón habla la boca ".
Por nuestras palabras seremos juzgados y condenados....( Mateo 12:34,36-37)

Todos los rebeldes tienen problemas con lo que hablan, todos aquellos que no pueden controlar sus palabras tampoco pueden controlarse a si mismos. 

Todos aquellos abusadores de poder , embriagados en sus egos ( autoritarios), no son respetados, ni llegarán a serlo.... y al final se imponen por medio de "pan y circo"; por ello, la falta de liderazgo, la violencia, el irrespeto y la ausencia de valores se resume al final en una ausencia total de autoridad. Incluso el "ex-gato" presidencial presume de mayor autoridad que ellos.


Si seguimos un ejemplo, que sea el del carpintero de Galilea, que no sólo entregó su vida para limpiarnos de nuestros pecados, sino también vivio en autoridad, predico, y amo con autoridad; sin imposiciones, artimañas o mentiras. 


Sigamos al Buen Pastor quien venció a la muerte con el Poder y Autoridad de Su Amor !

Saludos!

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